Costillas al limón.


     Hoy tenemos una pedazo de recetas de esas que nos gustan: se hace sola, es barata y encima está para chuparse los dedos de los pies. La carne de la costilla acabará por despegarse del hueso y podrás despegarla sin ayuda de cuchillo. También es verdad que los dos sabemos que te la vas a comer sin cuchillo y vas a usar las manazas, pero hombre, siempre hay que ser un poco finolis.

     El sabor del limón al horno es tan rico que se te van a saltar las lágrimas. Y aunque el sabor del ajo ya sabemos que es muy particular, al horno no es tan intenso como en crudo y queda muy muy sutil. No preocuparse. Venga, que nos enrollamos:

DIFICULTAD:

Para cavernícolas.

INGREDIENTES:

  • Un costillar de cerdo bien hermoso.
  • El zumo de dos limones y la ralladura de uno. Coge primero la ralladura, o si no, con el limón escojonciado de haberlo exprimido, no vas a rallar nada de nada.
  • Un par de ajos.
  • Pimienta negra.
  • Algo de romero si tienes y gustas.
  • Sal y aceite.

PREPARACIÓN:
  1. Pon el costillar de cerdo en un bolsa de congelación. Si ves que no te cabe, parte el costillar por la mitad y hazlo en dos. Añade el zumo de limón, la ralladura y los restos del limón, el romero (si vas a usarlo) y un par de ajos golpeados con el cuchillo -con piel y todo, ahí a lo burro-. Añade también un chorro de aceite, sal y pimienta negra recién molida.
  2. Masajea bien las costillas para que tome todo el sabor del limón y el ajo y déjala reposar en la bolsa una media hora más o menos. Cuanto más tiempo las dejes dentro, más sabor tendrán.
  3. Enciende el horno a 170ºC arriba y abajo, y vierte el contenido de la bolsa en una bandeja de horno. Con limón y todo
  4. Mételo en el horno con la parte del hueso hacia arriba primero. Déjalo unos 25 minutos y dale la vuelta. Échale el jugo que vayan soltando por encima cada cierto tiempo.
  5. Déjalos otros 20 minutos y sube la temperatura del horno a tope para que se gratinen y queden crujientes por fuera.
  6. Acompáñalo de la guarnición que más te guste y listo. ¡¡A comer!!


     Como veis es una de esas recetas que se hacen solas. Ni que decir tiene que tiene que ir acompañado de una buena ensalada, unas patatas o lo que más te guste. Ya sabes que por el blog tengo recetas de guarniciones. Busca y rebusca que seguro que encontrarás recetazas.

     De verdad que el sabor del ajo es muy sutil y ni repite ni na'. No seamos como la Victoria Beckham y vamos a dejarnos de tonterías. Y como siempre, a cocinar, filibusteros, que el mundo se va a acabar.

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