Venga, vamos con esto, que muchos me lo habéis pedido después de ver la foto que colgué en FB. No os asustéis, es una receta un poco larga (por los tiempos que hay que esperar), pero NO ES DIFÍCIL.
Ahora que empiezan las Navidades, vamos con alguna receta un poco más tradicional y laboriosa, pero siempre ricas y fáciles. He de reconocer que la de la foto no la preparé yo, lo hicieron mi abuela y mi madre, pero aun así es muy muy simple de hacer. No es más difícil que una croqueta. Y creedme cuando os digo que está de pecao'. Al lío:
DIFICULTAD:
Larguilla, pero el resultado es la leche. La leche frita, para ser más exactos.
INGREDIENTES:
- Un litro de leche. Bueno, si no sabes calcular un litro de leche, mejor que no te acerques mucho por la cocina. Preferiblemente usa leche entera.
- Un chorrito de aceite de oliva
- Una cucharada sopera de harina normal
- 3 cucharadas de Maicena.
- La cáscara de un limón. Solo lo amarillo, no queremos lo blanco. Esmérate en pelarlo bien.
- Un palito de canela. ¡¡Canelica en rama!!
- 3-4 cucharadas de azúcar. Esto va un poco al gusto, pero no hace falta mucha.
- Huevo, pan rallado y aceite
- Azúcar y canela en polvo
PREPARACIÓN:
- Lo primero que vamos a hacer es separar un vasito de leche. El resto, lo vamos a poner en una cazuela con la cáscara de limón, la canela y el azúcar. Lo dejamos a fuego lento hasta que hierva. Cuando dé el primer hervor es cuando lo quitamos. Remueve de vez en cuando para que no se queme y estate pendiente, que la leche sube mucho y si se sale te lo pone todo perdido. Una vez esté hecho, la retiramos del fuego.
- Ahora vamos a poner en otra olla, un chorrete de aceite de oliva. Le vamos a añadir la cucharada de harina normal y lo vamos a remover. Esto es como si estuviéramos haciendo una bechamel normal, corriente y moliente.
- En el vaso de leche que habíamos reservado, vamos a añadir la maicena y lo vamos a remover muy bien. Es importante este paso, porque la maicena en caliente no se disuelve y quedan grumos... La añadimos al "principio de bechamel"
- Y vamos añadiendo poco a poco la leche que teníamos infusionada, removiendo mucho. Tiene que quedar con la textura que queda cuando hacemos croquetas.
- La dejamos al fuego un rato. Es importante que no sepa a harina cruda. Rectificamos de azúcar y la ponemos en una fuente plana para que enfríe. No tengáis prisa, que puede tardar. Mejor si la hacéis de un día para otro.
- Un vez esté fría y cuajada, la cortáis con un cuchillo en tacos. Y los empanáis. Para el que no sepa empanar... ya le tendría que dar vergüenza. Pero vamos, las pasáis por huevo batido y pan rallado.
- Y en aceite bien bien caliente las fríes. Las sacas a un papel absorbente y le pones azúcar y canela por encima. Y listo.
Que no os eche pa'trás el mero hecho de tardar un poco más de lo normal, merece la pena. Roma no se construyó en un día. -Menuda tontería, no estamos haciendo una ciudad-. -Pero tampoco vais a tardar años, así que no me seas pellizcacristales-. Todo es ponerse y de verdad que el resultado es increíble.
Dadle una alegría a vuestras madres y abuelas, a vuestros chorvos y chorvas, a vuestros hermanos, y a vosotros mismos. Poneos una tarde, que lo agradeceréis. Y a cocinar, filibusteros, que el mundo se va a acabar.
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