Vamos con unos de esos platos que nos solemos hacer cuando hace más calor, pero que no sienta nada mal en invierno. Hombre, es que parece que si no comemos fabada todos los días no entramos en calor. ¿Estamos tontos o qué?
La puedes hacer de un día para otro y dejarlo en la nevera para cuando llegues a casa. Es superfaíl y rápido de hacer y desde luego mucho más rico y barato que esos que venden por ahí. Atentos:
DIFICULTAD:
Apretar el botón de la batidora.
INGREDIENTES:
- Un kilo de tomates
- Medio vaso largo de aceite de oliva
- Pan duro. Será más o menos según lo espeso que lo quieras dejar. Ve probando poco a poco.
- 1 o 2 dientes de ajo. A gusto
- Sal
- Huevo cocido y/o jamón para acompañar.
PREPARACIÓN:
- Lo primero es lavar bien los tomates bajo el grifo, le vas a quitar el tallo, vas a cortarlos en cuartos y los vas a poner en el vaso de la batidora. Añade el aceite y dale candela.
- Una vez se haya hecho una "sopa", ponle el pan. Ve probando poco a poco según la textura que quieras que tome. A mí me gusta espesito, así que le pongo bastante, pero haz lo que te parezca, te lo vas a comer tú.
- Añade el ajo y la sal. Si quieres ser más detallista, quítale la parte central al ajo que es la que hace que nos repita toda la tarde. Los detalles... Y le damos zapatilla con la batidora hasta que quede fino. Lo de pasarlo por un colador ya me parece excesivo, pero...
- Enfríalo en la nevera y sírvelo con huevo cocido y jamón en taquitos. ¡¡Listo!!
Ya veis que no puede ser más simple. Es un perfecto primer plato si te comes un cuenquito o un plato por sí solo si te lo comes en plato hondo. Pero vamos, luego lo que coma cada uno...
Anímate a prepararlo y tenlo listo en la nevera. Y a cocinar, filibusteros, que el mundo se va acabar.
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