Ensalada de pasta 2.0


     Como no podía ser de otra forma, un estudiante tiene que dominar todas las preparaciones posibles con pasta. Macarrones, espaguetis, tagliatelles, farfales, tortelinis... (no sé si están bien escritos, pero como me salen ricos, supongo que compensa). Lo que sea, tiene que dominarlos.

     Pues eso, que hoy pasamos de la pasta con tomate o los carbonara. Hoy hacemos ensalada de pasta. Te doy mi truquillo para que quede perfecta y con un sabor increíble. Let's cook!!


DIFICULTAD:

Más simple que el asa de un cubo.

INGREDIENTES:

  • Pasta. Parece que si no usas de la de colores, no es ensalada de pasta; pero puedes usar la pasta que tengas. No seas borrico y no uses espaguetis ni nada por el estilo.
  • Una hojas de lechuga
  • Tomate. Usé de los cherry porque estaban bien de precio en la frutería, pero no los suelo usar. 
  • Rábano. Lo mismo, no se lo suelo poner, pero los tenía y dije - Why not?- (opcional)
  • Maíz
  • Atún en aceite
  • Cebolla
  • Aceite de oliva, sal, vinagre y especias.

PREPARACIÓN:
  1. El primer paso debes hacerlo la noche de antes o a primera hora de la mañana. Vamos a macerar los tomates. Córtalos y ponlos en un tupper con sal, vinagre y las especias que quieras. Yo te recomiendo pimienta y romero u orégano. Déjalos todo el tiempo que puedas y que filtren el sabor del vinagre y de las especias.
  2. Cuece la pasta en agua con sal, siguiendo las instrucciones del paquete. Simple. Escúrrela y métela bajo el grifo de agua fría para que pierda temperatura.
  3. Prepara el maíz (sacarlo de la lata, vaya), haz lo mismo con el atún (usa el aceite para el aliño si quieres), parte los rabanitos y pica la cebolla.
  4. Ahora junta todo, la pasta, los tomates macerados y el resto de ingredientes. Ponle por encima el caldito que queda en el tupper que usaste para poner el tomate, con un poco de aceite de oliva y listo.

     No puede ser más sencillo y el truquillo de macerar los tomates el día de antes, hace que mejoren sustancialmente. Pruébalo, que te va a sorprender. Y venga, a cocinar, filibusteros, que el mundo se va a acabar.

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