¡¡Alto, alto, alto!! No te vayas hasta que no lo hayas leído todo. Sé que los higos no son algo que le guste a todo el mundo -que mal ha sonado eso-. Peeeeero, la temporada de higo se está acabando y están dulcérrimos.
Mi frutera los tenía muy bien de precio y estaban perfectos para comer, así que me los llevé e hice esta pazo de ensalada.
DIFICULTAD:
Abandonar esas ensaladas que yo llamo horror vacui. Esas que tienen de todo, maíz, atún, queso, manzana, picatostes, tomate, pepino, varias lechugas, zanahoria.... Tú ya me entiendes.
INGREDIENTES:
- Higos frescos
- Unos trocitos de pera
- Un poco de jamón
- Un poco de cebolla. En este caso morada, pero usa la que tengas
- Unas hojas de ensalada. De esas que vienen en bolsas. Pero por favor, no uses la iceberg. -tengo que hacer un post como el del tranchete sobre la lechuga iceberg-
- Aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta negra.
PREPARACIÓN:
- Lo primero que debes hacer es sentirte orgulloso por haberte decidido a probar esta maravilla. Llama a tu madre incluso, por qué no.
- Pela los higos y la pera. Parte los higos a la mitad y la pera en pedacitos más pequeños.
- Corta la cebolla. No te pases que luego nos jiede la boca todo el día. Trocea alguna loncha de jamón y pon todos los ingredientes en un plato o en un bol.
- Sé que siempre recomiendo hacer los aliños en tarritos de cristal, pero hoy no, vamos a usar muy poco y es muy fácil pasarse. Pon un poco de sal, pimienta, vinagre y un chorrito de aceite de oliva.
- Te mueres de lo rica que está y se la recomiendas a todo el mundo
El dulzor de la pera y el higo, el saladito del jamón, el crujiente de la cebolla... en serio, tengo que repetirla muchas más veces.
Solamente me puedo despedir de una manera, limpiándome las babas al recordar la ensalada. Madre....
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