Odiarás la lechuga iceberg casi tanto como el tranchete

     Si te comes lo que te echen el plato y te da igual todo, pasa de este post. Te va a dar igual. Si por el contrario eres un poco morrofino y te gusta encontrarte contrastes en tus ensaladas, éste es tu post. Hoy vamos a poner verde a la lechuga iceberg. Osea, ya es verde, pero la vamos a poner a caldo, a ver si me explico.


     Es la prima tonta y sinsabor de todas las lechugas. Si nos centramos en la textura, podemos compararla con comer porespán. Pero si nos centramos en su sabor, ¡¡no lo encontramos!! NO SABE A NADA. 

     Parece ser que se inventó para que aguantase el mal tiempo, las plagas y se cultivase rápido. Sin duda lo consiguieron. Sus hojas duras hacen que el tiempo no le afecte para nada y su falta de sabor hacer que ni los bichos se la quieran comer.

     Aguanta lustros metidas en el fondo de las neveras, no quiero ni pensar la de mierdas que le echarán para que dure el tiempo que dura sin ponerse mala. Y ni siquiera es más barata que una romana. (no me digáis luego que es por el precio, porque no)

     No hombre no. Si quisiera comer algo con esa textura horrible y sin sabor a nada ¡¡¡Comería papel!!. Vamos a ser como los hamster, vamos a comer papel. Seguro que tiene más nutrientes que esta lechuga.

     Venga, ahora en serio. No digo que el que prefiera esta lechuga tiene poco sentido común, digo que a lo mejor debería probar otro tipo de lechugas (por aquello de ser suave). Si ahora te vienen ya lavadas y listas en bolsitas, hombre.... Estos mezclum de lechugas son perfectos para esas ensaladas que llamo horror vacui, donde metemos todo lo que se nos ocurre. (confieso que yo también las hago de vez en cuando). O si lo prefieres compra las lechugas enteras. Romana, escarola, de roble (esa que es moradita), endivias, cogollos tiernos, rúcula, canónigos... La que quieras, pero hazte un favor a ti mismo y no comas iceberg.

¡¡AHORA Y SIEMPRE, MUERTE A LA LECHUGA ICEBERG!!