Salsa alioli

     Vamos a hacer uno de esos imprescindibles, que tiene que saber hacer todo el mundo. Hoy toca salsa alioli. Vale, no es el alioli real real, no saltéis los entendidos que os conozco, vamos a llamarlo ajonesa, pero tampoco pasa nada por llamarlo alioli.

     Sé que muchas personas la usan para acompañar unas patatas cocidas, pero el contraste con el crujiente de una patata chip me gusta más. Se hace en un momento y te hace un apaño para el aperitivo del domingo.

DIFICULTAD:

No mover la batidora. Los que sean hiperactivos y no puedan, que lo compren ya hecho o pidan ayuda.

INGREDIENTES:

• Un huevo
• Un par de ajos. Si eres un mierdecilla y no te gusta el ajo, ponle uno, pero ya te vale...
• Medio vaso de aceite (luego hablamos de él).
• Una pizca de sal
• Un chorretón de limón o de un vinagre no muy fuerte.

PREPARACIÓN:

Antes de nada, vamos a hablar del aceite. Siempre recomiendo usar un aceite de oliva bueno, pero para esta salsa, no. Debes usar un aceite de girasol. Si no tienes usa uno de oliva, pero que no sea muy oscuro ni intenso. Es que si no, el sabor del aceite mata al del ajo, pero haced los queráis, que ya sois mayorcitos.

1. Coge el vaso de la batidora y ponle el huevo entero. Pela los dos dientes de ajo y échaselos. Ponle el medio vaso de aceite. A ojo, tampoco hace falta que manches un vaso. Ponle la sal y el chorretón de limón.
2. Ahora mete la batidora hasta el fondo y dale caña. Pero NO LA MUEVAS. Deja la batidora en el fondo hasta que el contenido del vaso tenga ya un aspecto a alioli. Tardará unos 30 segundos, como mucho
3. Cuando ya tenga ese aspecto mueve un poco la batidora arriba y abajo. Y listo.

     Perfecta para acompañar unas patatas cocidas, fritas o asadas, o un trozo de secreto a la parrilla. Acompáñala con lo que te parezca oye, tampoco tengo que darte tantas ideas.

     Pero deja de comprar esas salsas de bote que salen tan caras. Hazla tú y ahórrate una pelillas. Ojito con guardarlo de la manera que no se debe en la nevera, que la liamos con la Salmonella. Así que, venga, a cocinar que el mundo se va a acabar