Vale que los estudiantes no somos muy de hacer postres pero es que este es un bizcocho tan fácil, que merece la pena hacerlo una tarde y desayunarlo durante el resto de la semana.
Ya vais viendo que no solemos dar muchas cantidades, porque cada uno debe echarle más de lo que más le guste a cada receta. Pero en repostería siempre son importante, así que hoy toca. Aun así, no las doy en peso, sino en medidas de un vaso de yogur.
DIFICULTAD:
Abrir el yogur, vaciarlo y rellenarlo con cada ingrediente para medirlo. Incluso si tienes pocas neuronas, puedes hacerlo.
INGREDIENTES:
- 3 huevos
- Un yogur de limón
- Aceite de oliva (1 medida del yogur)
- Azúcar (2 medidas del yogur)
- Harina (3 medidas del yogur)
- Un sobre de levadura
- Un limón (opcional) Le dará un sabor mucho más intenso
- Mantequilla y harina para untar en el molde
PREPARACIÓN:
- Pon en un bol los 3 huevos, bátelos bien y pon el yogur de limón.
- Añade el resto de ingredientes usando el vasito del yogur para medir. Bate hasta que quede todo uniforme y sin grumos. Dale caña a la mezcla, que luego lo agradecerás. Si tienes el limón, lávalo y ralla un poco de su cáscara. Ten cuidado y no llegues a lo blanco, sólo queremos lo amarillo
- Unta el molde con un poco de mantequilla (o aceite) y harina. Esto es para que se pueda desmoldar con facilidad.
- Pon la mezcla en el molde y mételo en el horno (previamente calentado) a 180ºC durante 40 minutos. No abras la puerta del horno hasta el final. Para ver cuándo está hecho, mete un cuchillo en el centro y si sale limpio, es que ya está.
No tardas nada en prepararlo, lo metes en el horno y voilà. Ya tienes desayuno o merienda para el resto de la semana. Queda suave, esponjoso y maravilloso.
Y no seas rácano y comparte, que luego se queda duro y ya sabemos.
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